TEJIDO: Crochet
Anteriormente había hecho referencia a la vinculación del tejido, de modo general, con la meditación.
Decía que el hecho de realizar este tipo de tarea manual, con acciones repetitivas que requería de concentración, pero a la vez se hacía mecánica por momentos, nos sumía en un estado de enfoque mental y pacificación general, que muchos asociamos con las meditación y sus efectos.
Se combina a esta tarea el hecho de ser saludable para la mente y el físico (logros que se obtienen con la meditación ) con la materialización de una obra que tendrá una función específica, orientada, como es la de generar un abrigo, una manta, un bolso o un objeto decorativo, entre otras..
Hasta aquí las generalidades del tejido que puede ser realizado con cualquiera de las técnicas que sepamos desarrollar o nos agrade aprender y realizar, como ser el tejido a dos agujas, el macramé, o el que me interesa comentar ahora, el crochet.
Este modo de tejer se basa en su simplicidad en cuanto a elementos necesarios, dado que solo debemos contar con una aguja de forma particular, y la hebra que nos interese transformar en trama.
Su nombre proviene de la denominación del principal elemento utilizado; la aguja, que es una varilla de longitud acotada ( aproximadamente 12 cm en las de uso más frecuente) y diámetro variable, según el grosor de la hebra utilizada y del tipo de trama que quiera obtenerse, cuyo extremo está conformado como un gancho, que es el que permite enlazar la hebra para ser tejida. Por este "gancho" es que recibe su nombre, que en francés se denomina "croc" = gancho.
El material de la aguja varía siendo de madera (las originarias y más agradables al tacto), de aluminio (más livianas y resistentes), plástico ( livianas, pero a mi gusto, menos nobles que las otras) y las de metal cromado, que permiten un buen deslizamiento de la hebra, pero que con el tiempo suelen oxidarse.
Lo importante no es el material sino lo cómoda que nos resulte en la mano al momento de usarla.
El tamaño del ganchillo (término con el que también se conoce esta técnica de tejido en países de habla hispana) es el que dará la dimensión de cada punto y la facilidad de enganche. De allí que sea importante el elegir la más adecuada en cada caso.
En cuanto al tejido en sí, se basa en una limitada cantidad de enlaces o puntos, que toman protagonismo en las innumerables formas de combinarlos que permiten. La versatilidad de la técnica invita a explorar modos diversos de aplicación y efectos. otra razón por la que me gusta considerar que es un buen recurso terapéutico: el desafío de buscar nuevas formas de expresión a través de este de modo de enlazar hebras.
En la actualidad podemos encontrar muchísimos tutoriales, libros, cursos y demás modos de introducirnos en el aprendizaje del crochet, por lo que no incluiré aquí la explicación de la técnica. Lo que sí me interesaba era hacer referencia a este modo de tejer que me resulta tan grato.
Para interiorizarnos un poco más en su origen, dejo un interesante enlace donde se hacer referencia al origen y el modo de comenzar a tejer. Tejidos al Crochet: origen y bases de la técnica.
Espero que agrade y que. al menos, promueva la motivación para probar cómo nos llevamos con esta práctica.
A modo de ejemplo, una aplicación de crochet sobre un objeto de uso cotidiano (al menos en mi país)
Mate de calabaza, forrado con tejido crochet e hilos de algodón.
Para su protección, en el uso diario, le apliqué una fina capa de barniz al agua mate, el mismo que se utiliza para proteger pinturas y otro tipo de artesanías.
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